Historia
de la yuca
La yuca, mandioca o casava es
una planta nativa del Noreste de Brasil, que fue diseminada por el resto de
Latinoamérica, África, Asia y Las Indias, incluyendo Filipinas y Taiwán, por
españoles y portugueses. Es probable que lleve cultivándose más de 4.000 años,
y aún hoy continúa siendo la base de la alimentación de más de 800 millones de
personas; de hecho, se trata del cuarto cultivo más importante en los países en
vías de desarrollo y el séptimo de todo el mundo.
Historia
de los buñuelos de yuca
Un beignet (diminutivo de beigne, ‘buñuelo’ en
francés) es un dulce que se elabora sumergiendo una fruta o una verdura en una
masa bastante líquida y friéndola en aceite. La tradición de los beignets se
remonta a las fiestas romanas de las calendas de marzo, en las que celebraban
el despertar de la naturaleza por los ritos agrarios. Durante la Edad Media, se
usaba este método para infringir las prohibiciones cuaresmales y se autorizaban
los disfraces (por el hecho de disfrazar la fruta con la masa).
En Venezuela son muy populares en los Estados
Miranda, Aragua, Sucre, Falcon, Lara y la región llanera. Las masas suelen ser
de diferentes tubérculos. Se sirven bañados de melado de papelón, o se rocían
con azúcar granulada.
Se utilizan especias dulces según el gusto y la
región, en el estado Sucre se les encuentra con semillas de anís en su masa,
mientras que en el estado Guarico pueden tener clavos y canela molidos, en la
mayoría de las regiones el almíbar lleva especias como canela y clavos de olor.
En el Estado Lara, la masa de yuca se puede mezclar con batata. En los llanos,
el queso blanco rallado suele ser uno de los ingredientes en la masa de los
buñuelos de yuca.
Buñuelos de yuca
Ingredientes
1 kg de yuca
3 yemas de huevos
1 cucharadita de sal
6 clavos de olor
2 cucharadas de
azúcar
½ panela de papelón
blanco
Preparación
Para el buñuelo
Se sancocha la yuca
cortada en trozos, luego que esté cocida, se le quitan las venas y se tritura
hasta que tenga la consistencia de una masa.
Se le agregan las
yemas de los huevos, dos cucharadas de azúcar y la sal. Se amasa hasta que
quede una mezcla homogénea.
Con pequeñas
porciones de la mezcla, se hacen bolitas entre 3 y 5 centímetros de diámetro.
Se fríen en abundante
aceite caliente a fuego alto, hasta que doren.
Se retiran del aceite
y se colocan sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Para el almíbar
En una olla a fuego
lento, se disuelve el azúcar restante en el agua y se añaden los clavos de
olor. Se deja hervir y se cocina entre 20 y 25 minutos, o hasta que espese como
melado.
Se retira del fuego y
se eliminan los clavos. Se deja enfriar.En una bandeja, se colocan las bolitas
aún tibias y se bañan con el melado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario